Te has preguntado ¿Por qué algunas personas se levantan más fuertes después de que les pasan cosas malas, después de un trauma o un periodo de adversidad? ¿Qué les protege de desarrollar problemas psicológicos en esas situaciones mientras otros si los desarrollan? La respuesta está en la resiliencia.
Es la habilidad de adaptarse y fortalecerse en situaciones de adversidad. De crecer con esas situaciones. Ser flexible y no “rompernos” cuando algo malo ocurre. Mantener la salud emocional y recuperarnos.
La resiliencia implica una actitud proactiva. Es algo que todos tenemos (parte de nuestra supervivencia) pero en diferentes grados. Se puede entrenar para aumentarla.
¿Cómo la puedo entrenar?
El doctor Justine M Gatt en un estudio reciente comprobó que la resiliencia dependía de dos factores: el entorno y la genética. La genética en concreto explicaba el 48% de la variabilidad. Luego el porcentaje restante es maleable y lo podemos entrenar. Pero…¿Cómo aumento mi resiliencia? El doctor Gatt nos ofrece una serie de consejos:
- Aumenta el estado de ánimo y las emociones positivas: Haz actividades agradables, se positivo, busca el lado bueno de las cosas, ten fe, confía en tu capacidad y busca conductas que promuevan esos valores.
- Disminuye las emociones negativas reinterpretando la adversidad y los eventos negativos. Intenta cambiar tu punto de vista, trabaja la forma que adoptan tus pensamientos, flexibiliza tus actitudes.
- Elige una visión de la vida basada en metas: Ve por lo que quieres, que nada te pare, tu objetivo es alcanzar esos deseos y metas, pase lo que pase. Si te caes, levántate de nuevo.
- Mantén una red social fuerte que te dé apoyo: Es muy importante estar en contacto con un grupo social, el contacto social y el apoyo que se nos brinda fortalecen nuestra capacidad de resiliencia.
La exposición temprana (en la infancia) a dificultades moderadas (no severas) puede ser positiva si dota a la persona de estrategias de afrontamiento que irá interiorizando. Hay más problemas cuando uno no se ha enfrentado nunca a problemas o no ha tenido la oportunidad de desarrollar y practicar estrategias eficaces para enriquecerse y vencer las dificultades que la vida le puede presentar.
Según la universidad de Yale otras actividades que fomentan la resiliencia son:
- El ejercicio físico.
- La NO evitación de problemas (elegir un enfoque de confrontación de los mismos).
- Aprender de modelos de conducta presentes en nuestro entorno, fijarnos en que hacen los demás para estar bien.
Ponerte a trabajar la resiliencia cuando estás muy mal puede ser difícil así que piensa que los buenos momentos también son oportunidades para entrenarla y que esté más fuerte para cuando tengamos que practicar en una situación negativa.
Fuente: http://www.medciencia.com(Adaptación)
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